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Diario de una mami normal y corriente

Socializando

Socializando

La gaita de no llevar a mi hija a la guardería es que apenas conoce niños de su edad. Nosotras paseamos fundamentalmente por la mañana, pateándonos las calles hasta quedarnos exhaustas y tal y como está el panorama laboral en España ya se sabe: la mayoría de las madres trabajan y a esas horas hay poco niño por las calles. Una auténtica pena, porque la niña es bastante sociable y le gustan mucho los niños.

Este verano, gracias a Dios, nos estamos resarciendo. En el lugar de veraneo de mis padres (una parcela en un camping cercano a mi ciudad) hay unos niños pequeños justo enfrente que están encantados de la vida de tener una pequeña con quien jugar. Al mayor, que tiene 4 años, le encanta tener a una personita pequeña corriendo detrás de él y siempre deseosa de reírse. Es un niño monísimo con el que me río mucho, así que estoy encantada de que él y mi hija hayan hecho buenas migas a pesar de los años que les separan. En mi casa siempre es bienvenido y en la suya están encantados de que mi hija aparezca toda sonriente a visitarles. Es curioso, cuando el niño tenía la edad de Aldara continuamente estaba empujando a su madre hacia nuestra casa y ahora el flujo va en las dos direcciones.

También tuvimos oportunidad de quedar con una buena amiga y su hermana, que tiene dos hijos. El pequeño apenas tiene dos meses más que ella y estaba feliz de la vida de medirselas por fin con alguien de su tamaño, pues su hermana le saca la cabeza. Se lo pasaron muy bien todos, jugando con las patatas como si aquello fuera el juguete más caro del país y persiguiéndose los unos a los otros. Fue un rato la mar de entrañable para todos. Para mi hija porque pudo jugar con otros (y aprender a compartir sus cosas, por cierto, que buena falta le hacía) y para mí, que tenía muchas ganas de verlas y de disfrutar de un rato juntas de la maternidad. Conozco a las dos hermanas desde que todas no levantábamos dos palmos del suelo y he disfrutado tanto con su familia que de algún modo, pese a que no nos vemos tanto como quisiéramos, sé que siempre están ahí. Creo que nos admiramos mutuamente y para mí, todo lo que hacen, bien está.

En esta semana de sobredosis de niños, quedamos un día más tarde con otra amiga con niño y una embarazada. El paseo por el parque, el café con una mamá y otra futura, fue de lo más liberador. Los niños disfrutaron mucho y nosotras, también.

Por cierto, ahora que caigo, casi todos los niños que tengo medianamente cerca son CHICOS. ¡¡¡Anda que no va a tener esta niña novios donde elegir!!!! ¡¡¡Si su madre no hace más que presentarle "colillas"!!!!

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