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Diario de una mami normal y corriente

Primer día de guarde

Primer día de guarde

Pobres de nosotras... Aldara ha ido hoy por primera vez a la guardería. Y pluralizo lo de "pobres" porque no sé quién lo ha pasado peor, si ella o nosotras, mi madre y yo, que hemos sido quienes hemos trasladado esta mañana a la niña al "matadero". Obviamente lo digo en plan jocoso.

Todo lo que podáis decir, tenéis razón: que la niña va a estar muy bien cuidada y máxime cuando la que se encarga de ella es una amiga, que aprenderá muchas cosas, que socializará con otros niños, que jugará y se lo pasará bien. La parte racional que todavía tengo está plenamente de acuerdo. Y sin embargo no puedo quitar de la cabeza la sensación de estar "traicionándola" cuando la dejo ahí. La cara con la que me ha mirado cuando hemos pasado a buscarla era de "sois malas, me habéis dejado solita cuando yo lo que quería era estar con vosotras". Daban ganas de decirle, sí hija, sí, si yo también tenía ganas de estar contigo pero no nos queda otra y además es bueno para ti. Claro que no lo entiende. Lo único que ella ve es que la hemos dejado con unas extrañas y que se ha tenido que batir el cobre ella solita para defender el bizcocho que le habíamos dado a la profe para que se lo diera.

Y es que da una penita... cuando la hemos dejado ha sido una cosa muy rápida. A lo que nos hemos querido dar cuenta ella estaba dentro y nosotras fuera y nos hemos marchado como alma que lleva el diablo con la única finalidad de no oirla llorar. Porque es lo que se dice, ojos que no ven, corazón que no siente. Las dos horas que ha estado ahí las hemos pasado preguntándonos si ha estado bien o mal, si estaría llorando o no. Y con el corazón encogido en un puño. ¡Qué duro es! A la salida, venía con los ojirrines colorados de llorar y dando hipos al vernos. No podía hacer otra cosa que estrecharla entre mis brazos y achucharla mucho, para ver si se le pasaba.

La profe nos ha dicho que para ser el primer día que no ha llorado demasiado. Un poco cuando nos hemos ido y luego al marchar sobre todo por el bizcocho. Y es que con la comida no se juega, eso es lo que opina ella. Y se ha hecho cacas del susto. Ella que es una chica de costumbres y se pone colorada para expulsar lo que le sobra siempre a las mismas horas del día, por la mañana va y hace sus cosas a deshora. Será que quería que la conocieran en su plenitud, con todo el culo en pompa.

Mañana viene lo peor, porque hoy la hemos pillado desprevenida, pero creo que mañana no va a colar y nos va a mirar censurándonos conforme nos acerquemos. Es aguantar el tirón y dentro de nada será la mujer más feliz del planeta yendo a su cole. Pero ¡¡¡¡qué duro es para todos!!!!

1 comentario

malglam -

Mucho ánimo. Yo creo que las que lo pasamos peor somos las madres, ellos al poco se acostumbran y se lo pasan genial. Yo aún me siento mal cuando voy a dejar a Migue en el cole después de un año.