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Diario de una mami normal y corriente

Pon un Ikea en tu vida

Pon un Ikea en tu vida

Hace poco han abierto un Ikea en mi ciudad. Ahí nos teníais a todos los provincianos haciendo fila en una céntrica plaza de la ciudad para subir a la tienda a verla, como si aquello fuera el milagro de Fátima y fueras derecho al infierno si no ibas. 
Siempre he dicho que yo tengo espíritu de pija y bolsillo de proletaria. Eso se concreta en que acabo siendo una pija proletaria, es decir, un mucho estilo y poca pasta. Así que se hace lo que se puede. En mi familia siempre hemos sido unas fanáticas de la decoración. A unos les da por coleccionar figuritas del señor de los anillos que no se han editado en España y a otros por ponerse los dientes largos con las casas que se ven en las revistas. Que es masoquista total, no digo yo que no, máxime cuando lo que ellos llaman "un apartamentito" viene a ser lo que en mi pueblo se conoce como una casa familiar de las de la mayoría. Pero oye, de ilusión también se vive. Me viene a la cabeza aquel chiste de Mafalda en el que la madre de Libertad hablaba así como en gritos atenuados para que pareciera que la casa era más grande. Yo lo intento, pero me sale el deje arrabalero y la mitad de las veces hablo a voz en grito. Para que quede bien patente que mi casa es una caja de cerillas.

Las casas de las revistas de decoración suelen ser bastante surrealistas. Por lo general tienen unos salones que cualquier día que se les quede pequeño el congreso pueden invitar a los diputados a celebrar el debate sobre el estado de la nación ahí. Que con unas croquetitas caseras y llamando al telepizza quedaría de lo más apañao. Esto suele ser a costa de dejar unas habitaciones infantiles a la medida de sus habitantes, es decir, diminutas. Eso sí, unas suites matrimoniales que ni la de la Preysler en su villa meona. Que digo yo ¿quienes son los que más espacio necesitan? Porque salvo porque te de por retozar en todos los rincones de tu cuarto, lo más normal es que lo uses para dormir y poco más. Todavía no he visto a ningún cuarentón tirándose al suelo de su cuarto a jugar al scalextric.

Las decoraciones también suelen ser de aúpa. Tienes los dos estilos: el del Mueble y el del Nuevo Estilo. Ya que te pones pija, te pones. El del segundo es minimal. Venga de acero por todos los lados, un paraíso de cristal.... que se nota que no son ellos los que limpian esas casas. Menuda guarrada. Con la pereza que da limpiar los cristales, al menos al vulgo, y hala, ellos que ponen en práctica la máxima de mis amigas: no hagas corto en la vida. Las del Mueble no es que sean más prácticas. A estos les chifla la madera. Y las decoraciones en blanco. Que también, como de todos es sabido, es lo más práctico para los sofás. Igual es que yo soy de otro planeta, pero cuando estoy en mi casa utilizo el sofá en plan "cheslón" y me tumbo como un lagarto al sol, con los pies bien arriba. Tampoco con niños resultan muy útiles. Estos pequeños limpios, limpios, lo que se dice limpios, como que no son. Mi hija a menudo va manchada de potito+pan+zumo de naranja+pelusas del suelo y no se corta un pelo en poner las manos allá donde pille. ¡Si es que no tiene respeto a na!

Hablando de pelusas, tenemos una en el pasillo de mi casa a la que nos estamos planteando ponerle nombre. A ella y a la montaña de ropa por planchar. Se admiten sugerencias. Esto las casas de las revistas no lo tienen. Y ellas se lo pierden, con el color que dan.

Me temo que los precios que barajan tampoco son para mí. Eso y las herencias familiares. Lo máximo que he heredado fueron 200 euros que invertí en comprarme las temporadas de Friends que me faltaban. Así que un buró antiquísimo, o la mesa de comer de la casa de la abuela pues no me han caído. Salvo que entendamos por "piezas de época" la mesa de contrachapado que tiene mi abuela en su casa. Eso lo podría heredar perfectamente; es más, me rogarán que la acepte por dios por dios por dios y así se quitan de encima el peso de llevarla al vertedero.

Así que sólo nos queda Ikea al pueblo llano. Por un precio medianamente razonable te puedes hacer con cositas de diseño modernito. Si pretendes adornar tu casa para que parezca un museo, olvídate. No hallarás ahí ni sevillanas ni toros bravos que poner sobre pañitos de ganchillo. Una lástima, pero siempre nos quedarán los chinos. La gaita (gallega) es que al final las casas de todos parecen clones porque oye, parece ser que no soy solo yo la que no se puede gastar un potosí en amueblar mi casita. De manera que a veces que no sabes si estás en casa de tu vecina o en la tuya y colocas los pies como si nada en el sofá, como si fuera una cheslón.

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